El Criadero Apícola “Los Alamos” nació en 1976 como una pequeña empresa familiar. Nidia Famá y Ricardo Prieto, que se casarían al año siguiente, instalaron en la quinta hortícola propiedad de los padres de ella un pequeño centro de multiplicación, que ese mismo año vendió sus primeras reinas a colegas de Junín y la zona.

En el año 1980 ya se criaban más de 700 reinas anuales. En 1982 el Ing. Agr. Moisés Katzenelson, jefe de la sección apícola del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) impulsó el emprendimiento, recomendando sus reinas a numerosos apicultores de todo el país. Esta providencial ayuda, unida al hecho de continuar la variedad de la raza italiana (Apis mellifera Ligustica) lograda por don Jacinto Naviero, sumamente apreciada por los apicultores que la conocieron, permitió que pocos años después Los Alamos ostentara una posición de liderazgo entre los productores de genética del país.

Durante la década de los ’90 comenzaron a colaborar en la empresa los hijos mayores del matrimonio, y se diversificó la producción ofreciéndose celdas reales además de reinas inseminadas. Simultáneamente se comenzó a dar cada vez más importancia a los trabajos de selección, a fin de mejorar la variedad genética que se trabaja.

En los últimos años se ha profundizado este proceso, poniéndose el acento en la calidad antes que en la cantidad. Esto ha permitido lograr desde el año 2005 un nivel de madres puras F0 (aptas para multiplicar) en todas las reinas de nuestra producción. A este logro se le suma otro no menos importante, como lo es haber establecido un protocolo, o sistema ordenado de selección de reinas, denominado Plan ApiCría.

La calidad genética

El objeto principal de nuestra empresa es la producción y venta de abejas reinas (2). Por ser la reina la única que pone los “huevos” (3) de los que nacerán todos los habitantes de la colmena, ella es la portadora del código genético o genoma que determinará todas las características de esa comunidad de insectos. Por lo tanto y a los efectos prácticos que interesan al apicultor, es de vital importancia que ese genoma sea de alta calidad genética, o sea que en el mismo estén presentes las características económicas más importantes, que serán las que se van a manifestar luego en los colmenares donde esas reinas serán introducidas.

La búsqueda de la calidad genética es prioridad uno en nuestra empresa, porque los pie de cría (4) que usamos para producir las reinas madres que vendemos salen de nuestros propios planteles, para lo cual debemos hacer una cuidada selección. A tal efecto preparamos alrededor de una docena de grupos de 20 a 40 colmenas, llamados Unidades de selección, distribuídos en otros tantos colmenares ubicados en la zona aledaña a Junín. Al llegar el otoño todas las colmenas de cada grupo tienen una reina nueva, suficientes reservas y población pareja y sana. Desde ese momento y hasta el otoño siguiente cada grupo es sometido a una intensa evaluación por separado, siguiendo los lineamientos del protocolo de selección Plan ApiCría. Así logramos detectar a las mejores reinas de cada grupo, las que se denominarán en lo sucesivo “pie de cría” y que son llevadas al criadero para ser multiplicadas en la temporada siguiente.

Nuestro Criadero de Reinas está ubicado en una quinta a 8 Km. al norte del centro de la ciudad de Junín y a 2500 m. de sus últimos suburbios. Aquí está también nuestra vivienda y es el lugar donde se realiza la multiplicación de los pies de cría obtenidos en la selección, a fin de obtener las reinas madres para uso propio (1) y para su venta a apicultores y criadores.

El método de crianza es el conocido sistema Doolittle, pero siguiendo el particular estilo empleado por don Jacinto Naviero. Así es que utilizamos solamente un tipo de colmena criadora en la cual se hace todo el proceso de cría, empleamos una barra portacúpulas autoportante, una “aguja de transferencia” tallada sobre una pluma de ave, no utilizamos inseminador artificial ni incubadoras de celdas reales, ni tampoco bancos de reinas para almacenarlas por largo tiempo, y finalmente en nuestro Parque de Fecundación utilizamos nucleros estandar de 2 panales con alimentador en la entretapa.

Para proveer la parte masculina en los acoples disponemos de una “sombrilla” de zánganos F0 que saturan la zona, ya que todas las inseminaciones se producen naturalmente en vuelo. A tal fin tenemos en el Criadero más de 100 colmenas con medio panal zanganero cada una en la cámara de cría, que al estar encabezadas por reinas F0 nos aseguran una abundante provisión de machos de buena genética durante toda la temporada de cría, que se extiende desde octubre hasta marzo.

La calidad funcional

Pero una buena reina no solamente debe tener calidad genética, sino también debe tener calidad funcional. Esto significa que debe estar criada en condiciones ideales para que resulte un ejemplar robusto, a fin de que sea prolífica (muy ponedora) y goce de larga vida.

La buena crianza tiene dos claves: manejo y alimentación. El manejo se hace siguiendo en general las pautas marcadas por Naviero en su ensayo La cría de reinas, remunerativo renglón apícola del año 1973. La alimentación energética se cubre con jarabe de alta fructosa, o levudex 55. En cuanto a la alimentación proteica, es crítico contar con suficiente polen natural, ya que los sustitutos tienen un efecto solamente paliativo y no permiten lograr reinas de alta calidad.

En el Criadero contamos con una floración arbórea exhuberante durante la primavera, que tratamos de complementar con pasturas y sembradíos de colza que realizamos en nuestro propio predio de 6 hectáreas.

Es un protocolo de calidad que describe un método eficaz, sistematizado y de fácil ejecución práctica para mejorar a las abejas de raza italiana.

¿Qué es lo que se busca mejorar?

Fundamentalmente la rentabilidad, amentando las cosechas y bajando los costos. Para ello es necesario conseguir una continua adaptación de los insectos a las condiciones ambientales que las nuevas técnicas agrícolas van imponiendo.

¿Cuáles son los parámetros que se tienen en cuenta?

Se buscan líneas que cosechen más miel con un mínimo consumo invernal, que sean mansas y que no se enfermen. Por medio de la pureza de raza se logra la uniformidad de las reinas hijas que se produzcan, y también que mantengan sus buenas características por varias generaciones. Finalmente se busca que no críen obreras o zánganos a destiempo y que en primavera tengan un fuerte crecimiento sin enjambrar.

¿Cuál es el origen de este Plan?

Está basado en la experiencia recogida en el Criadero Apícola LOS ALAMOS a lo largo de 30 años de mejoramiento continuado, partiendo de ejemplares de la variedad “Naveiro”. El desarrollo del Plan ha sido gradual y acumulativo, o sea que año a año se le han ido aplicando correcciones. Las primeras reinas madres que serán criadas con todas las exigencias del Plan, serán las que se produzcan en nuestro establecimiento a partir de octubre de 2006.

¿Este protocolo indica la forma de criar las reinas?

No, para nada, ya que no se ocupa de la calidad funcional de las reinas (robustez), sino de su calidad genética. Por eso está orientado a la evaluación de colmenas para obtener los mejores Pies de Cría (madres de madres). Interesa a los seleccionadores, o sea, a los mejoradores de la raza.

¿Para qué es conveniente trabajar bajo protocolo de selección?

Porque es la única forma de asegurarnos que las futuras reinas tendrán todas las características que nos darán rentabilidad, científicamente evaluadas. Seleccionar reinas “porque llenan el ojo”, “porque tiene buen color y postura”, “porque son muy mansas” o simplemente porque son hijas de reinas extranjeras con mucho “prestigio”, no nos proporciona una garantía de calidad. Esto se ha hecho y se seguirá haciendo, pero no es lo mejor. Ahora hay que hilar fino en todos los aspectos, especialmente en el genético, que es tan determinante.